Intenso debate sobre las prácticas de estudiantes de periodismo
Madrid, 13 de mayo de 2008 (foto APB)
El Seminario Itinerante ha comenzado en la Universidad Rey Juan Carlos con vocación de rodar también, en los próximos meses, por la Carlos III y la Complutense. Este seminario inicial se ha ocupado de las prácticas de los estudiantes de periodismo, a partir de estos datos facilitados por el profesor José María Gª de Madariaga, moderador y coorganizador junto al SPM, del debate: hay 40 facultades y 50.000 estudiantes de comunicación, de las cuales, 33 imparten periodismo a 16.500 estudiantes, con 2.600 licenciados el curso pasado y un máximo alcanzado en 1999, año en el que se licenciaron 4.084 periodistas; el 75% de las facultades facilita la toma de contacto de los alumnos con las empresas, el 27% con estipulación de remuneración obligatoria y el resto no.
La alumna y participante en la mesa, Miriam Meda, aportó otros datos contenidos en el Informe sobre la Profesión Periodística, elaborado por la FAPE: el 79% de los periodistas dicen haber realizado prácticas, de ellos, el 9,4% encontró un puesto de trabajo por medio de prácticas, becas o colaboraciones y un 72,7% mediantes otros procedimientos. De los que utilizaron otros procedimientos, el 32% por procesos de selección, el 20% fueron contactados estando en otras empresas, el 20% por contactos personales y el 8% por oposiciones.
Durante casi tres horas, el debate ha sido intenso entre los miembros de la mesa y los asistentes al seminario, desde la posición de Nemesio Rodríguez, representante de la FAPE, para quien “las prácticas son imprescindibles, se aprende, no queda otro remedio que hacerlas si uno quiere acceder a esta profesión y no hay otro medio para acceder a un puesto de trabajo”, hasta uno de los alumnos que sostiene que “no hay nada de positivo en que la Universidad mande fuera a sus estudiantes a encadenar prácticas en vez de utilizar esas horas internamente y en ser cómplices de la mercantilización del alumnado cuando, en realidad, a trabajar se aprende trabajando como trabajador”.
Para el ponente Agustín Yanel, secretario general del SPM y presidente del comité de empresa de El Mundo “la regla general es que las prácticas están bastante mal y el panorama es bastante penoso. En el SPM pensamos que las prácticas son necesarias, pero también que deben de estar reguladas, que no sea una actividad que las empresas utilizan para sustituir plantilla y sin cobrar o muy poco”. Agustín Yanel asegura que “en los numerosos debates que han organizado los sindicatos integrantes de la Federación de Sindicatos de Periodistas (FeSP) se coincide en que las prácticas suelen ser una utilización abusiva por parte de las empresas porque, en realidad, ningún tutor supervisa las actividades de los estudiantes, nadie les enseña cómo hacer las cosas y son utilizados como mano de obra”. Desde su experiencia como representante sindical de los trabajadores considera que “los convenios que firman las universidades con las empresas se incumplen sistemáticamente, lo que ha llevado a que algunas, especialmente en Cataluña, se nieguen a enviar a sus estudiantes a determinadas empresas; también los comités de empresa deberían imponer que las prácticas estén reguladas en los convenios colectivos”.
El profesor José María Madariaga asegura que “si la Universidad no mantiene un seguimiento estrecho de lo que hacen sus alumnos fuera, las prácticas pierden mucho sentido y hacen que los estudiantes se conviertan en periodistas autodidactas, sin amparo de nadie y sirviendo cafés en un medio de comunicación”. En su opinión “deberían ser prácticas no remuneradas, vigiladas permanentemente por tutores y garantizar que sean realmente un aprendizaje”.
Antonio Peiró, vocal de comunicación del SPM, subraya que “en el conjunto de los responsables de esta situación hay dos imprescindibles para que se den la explotación y las irregularidades constantes: las universidades, que poco menos que están haciendo una cesión ilegal de mano de obra, y las empresas que se aprovechan. Para que cada uno asuma sus propias responsabilidades, hay que citar también la actitud de los alumnos, el desinterés de los comités de empresa y la ineficacia de la inspección de trabajo“.
Los ejemplos de abusoshan sido numerosos. Uno de los más extremos, relatado por un alumno, es el de estudiantes que voluntariamente no acaban la carrera para poder ir encadenando prácticas durante dos años en su intento de que alguna empresa acabe ofreciéndoles un puesto de trabajo. Miriam Meda se declara partidaria de realizar prácticas porque “lo que te enseñan en la carrera debe de suponer un treinta por ciento de lo que luego necesitas para trabajar, como por ejemplo, cómo afrontar una rueda de prensa”, aunque considera que deben cambiar drásticamente. Abundando en las críticas, otro alumno asegura que “estamos tirando piedras sobre nuestro propio tejado porque estamos haciendo el trabajo que debería corresponder a los licenciados”.
La intervención final ha correspondido, desde la mesa, al estudiante Iván Gil para quien “hay que desmitificar las prácticas como posibilidad de acceso a un puesto de trabajo porque detrás de un becario, llegará otro becario Hay que acabar con la pasividad de los alumnos ante los responsables administrativos de las universidades, por ejemplo, exigiendo que en verano no se hagan prácticas que suplantan a periodistas de vacaciones; tenemos que ponernos de acuerdo y defender un programa de mínimos para acceder a estas actividades”.
Al seminario no acudió, contrariamente a lo comprometido, el suplente de la vicedecana responsable de las prácticas de la Universidad Rey Juan Carlos, José Luis Martín Sáez.
EN LA FOTO, DE IZQUIERDA A DERECHA, NEMESIO RODRÍGUEZ, AGUSTÍN YANEL, JOSÉ MARÍA Gª DE MADARIAGA, MIRIAM MEDA E IVAN GIL